La Asamblea Extraordinaria de la ULAPSI celebrada en Sao Paulo, Brasil, en septiembre del presente año, acordó reconocer y promover el día 8 de octubre como “Día de la Psicología Latinoamericana”.
Esta decisión es una paradigmática onomástica de una vocación simbolizada en la inmensa figura de Ernesto Guevara, El Che, y que quiere subrayar los ineludibles vínculos y compromisos de la psicología con el hombre latinoamericano y su entorno.
El Día de la Psicología Latinoamericana, es una excelente ocasión para reflexionar sobre las circunstancias y responsabilidades del trabajo de los psicólogos y psicólogas en los países latinoamericanos. Reflexionar sobre la “psicología latinoamericana”, es decir, sus rasgos culturales, sus variados gustos, valores, costumbres y proyectos, sin menoscabo de la identidad, y la confluencia de necesidades y anhelos. Realidades y sueños. Un continente que se extiende en su geografía continental desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
“Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de doscientos millones de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todas un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados del mundo” (Che).
Es el pensamiento del Che el que viene en estos momentos a reforzar la constitución por derecho histórico y cultural de este continente, de la ULAPSI que ha definido sus objetivos tácticos y propicia vínculos de colaboración entre psicólogos y psicólogas de América Latina, difunde los avances teóricos, profesionales y de investigación de la psicología latinoamericana, organiza escenarios para desarrollo y la participación profesional conjunta.
“El hombre realmente llega a su estado de completa humanidad cuando produce sin ser forzado por necesidad física a venderse a sí mismo como mercancía”, expresó el Che. Los psicólogos latinoamericanos queremos con este Día de la Psicología Latinoamericana, sumarnos a esa noción de hombre dueño de su destino, de su historia, de su tierra y de su trabajo que construyera Guevara. Hablamos de un hombre comprometido con su entorno y con sus semejantes, y este es el espíritu que nos une en la ULAPSI, el de un psicólogo y psicóloga “comprometidos en asumir la responsabilidad profesional y científica hacia la sociedad en la que trabajamos y vivimos. Este compromiso debe ser coherente con el ejercicio de nuestras potencialidades analíticas, creativas, educativas, criticas y transformadoras” (Protocolo sobre Principios Éticos para el Ejercicio Profesional de los Psicólogos en el MERCOSUR, noviembre de 1997).
Por esto es que convocamos a que esta Jornada sea de unidad y que testimonie la decisión de hacer una Psicología con América latina, para los latinoamericanos.
“Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados; la van a escribir las masas progresistas, los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina. Lucha de masas y de ideas, epopeya que llevarán adelante nuestros pueblos maltratados y despreciados por el imperialismo, nuestros pueblos desconocidos hasta hoy, que ya empiezan a quitarle el sueño”. (Che).
En nuestro continente miles de psicólogas y psicólogos enraizando su hacer profesional en su realidad nacional y continental, posicionándose junto a los más preclaros ideales humanistas de libertad, independencia, justicia e igualdad, redimensionan las prácticas profesionales y científicas de la psicología hacia su misión trascendental: “La única finalidad de la ciencia esta en aliviar la miseria de la existencia humana” (Bertold Brecht). Luchar por el bienestar y la felicidad de nuestros pueblos nos define.
“La hora de su reivindicación, la hora que ella misma se ha elegido, la vienen señalando con precisión también de un extremo a otro del Continente. Ahora esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir, porque ahora por los campos y las montañas de América, por las faldas de sus sierras, por sus llanuras y sus selvas, entre la soledad o el tráfico de las ciudades, en las costas de los grandes océanos y ríos se empieza a estremecer este mundo lleno de corazones con los puños calientes de deseos de morir por lo suyo, de conquistar sus derechos casi quinientos años burlados por unos y por otros. Ahora, sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia”. (Che).
La unidad de la Psicología latinoamericana reside en su intencionalidad, en el sentido de su existencia. Ese es el llamado de ULAPSI. El núcleo epistemológico de la psicología es el sentido real de sus prácticas. La unidad de la psicología latinoamericana (emergente, sobreviviente, creativa) quiere ser, será/es una unidad intencional. Unidad en el hacer intencional. Si nos ponemos a pensar juntos en qué vamos a hacer en nuestro continente, si lo hacemos mancomunadamente, tendremos una Psicología latinoamericana.
“Ya se les ve por los caminos un día y otro a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los “olimpos” gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, en un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, afincando sus garfios en las tierras que les pertenecen y defendiéndolas con sus vidas, se les ve llevando sus cartelones, sus banderas, sus consignas, haciéndolas correr en el viento por entre las montañas o a lo largo de los llanos. Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parara más. Esa ola ira creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron”. (Che).
Estamos en la búsqueda de un descentramiento del pensamiento psicológico que anule la dicotomía esencialista entre lo real y lo imaginario y desplace las fronteras de cada uno al interior de un universo único: el espacio de la realidad, de nuestra realidad. El siglo XXI; un siglo de cambio es el tiempo para trazar, para caminar –en los ámbitos psicológicos, particularmente- por otra historia. La historia del encuentro del sentido humano; del re-encuentro consigo y con el otro. Que sea América Latina, seamos los psicólogos latinoamericanos, quienes hagamos “nuestra psicología” haciendo “nuestra América”.
“Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar. Y su marcha de gigante, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia”. (Che).
No habrá sino en toda su pluralidad, diversidad una Psicología Latinoamérica: una Psicología con todos y para el bien de todos.
Prof. Manuel Calviño (Cuba)
Lic. Mario J. Molina (Argentina)
América Latina, consta de 43 países y cuatro colonias, con una población superior a 500 millones de habitantes (800.000.000 es la población total de América). América Central, con ocho países, alberga 130 millones de personas. El Caribe 40 millones en 23 países y dos pequeñas islas coloniales. En los países que se han formado sobre los Andes Centrales y en Mesoamérica viven actualmente casi el 90% de los indígenas americanos.
Mesoamérica indígena corresponde ahora a México, Guatemala y Belice, tres países fuertemente contrastados. México tiene una población indígena ronda el 10% del total de su población. Guatemala, en cambio, tiene una población indígena que es cercana al 50% del total de su población nacional. En Belice, una nueva república de habla inglesa, los grupos étnicos representan casi 15% de su población total. El núcleo del Area Cotradicional Andina o Andes Centrales corresponde a Ecuador, Perú y Bolivia. En términos de las relaciones interétnicas, entre estos tres países hay gran similitud histórica y cultural. En el Perú cerca de 40% de su población es indígena, en Bolivia más de 50% y en el Ecuador gira alrededor de 25%.
Los grupos indígenas del Cono Sur reflejan, también, la imagen de un archipiélago de pequeñas etnias, la mayoría en riesgo de extinción, en el que destaca la presencia del pueblo mapuche, el más numeroso y singular, con una población cercana a 1’500,00 individuos, distribuidos entre Chile (92%) y Argentina (8%).
Paraguay presenta una situación especial: es el único país de América en el que una lengua indígena, el Guaraní, tiene actualmente el mismo rango que la lengua europea oficial y aun la supera por su carácter doméstico y coloquial, y porque sirve como uno de los principales símbolos y mecanismos de identidad nacional. En el Caribe Insular, subsisten no más de 30,000 indígenas, especialmente en San Vicente y en Trinidad y Tobago. En esta región es interesante el proceso de reasunción de la identidad étnica que vienen protagonizando descendientes de los habitantes originales. Los países de Latinoamérica viven una fuerte dependencia de los Estados Unidos y de los países europeos. Mientras en 1975 la deuda global de América latina era de 69 billones de dólares, ahora ésta ronda los 800 billones.
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